Con Ran en la habitación. (Hard Yaoi)

Guiándose por su memoria y la intuición, llegó hasta un cuarto que debía ser el suyo. Efectivamente, sus cosas - las pocas que tenía, libros, sobretodo, y ropa - estaban allí, y su maleta en medio de la estancia. Un amigo las había traído unos días antes, devolviéndole un favor.
Las cortinas estaban cerradas, pero él, que podía ver en la oscuridad, observó detenidamente la habitación.
En medio de la habitación había una cama doble con dosel. Sonrió, era bonita, y le pareció perfecta para pasar la noche con alguien. Dejó a Ran con suavidad sobre las sábanas y abrió las cortinas, lo suficiente para que pudiera ver.
Se tumbó a su lado y besó su cuello, mimoso.
- ¿Es cómoda? - le preguntó, refiriéndose a la cama.

No podía ver más que formas inexactas en la habitación, por mucho que fuera un cazador y que se hubiera acostumbrado a cazar por la noche , sus ojos , aunque veían bastante bien , no veían a la perfección en la noche.
Sintió algo blando apoyandose en su espalda , por lo que supuso que él mayor debía haberlo dejado tumbado en su cama.
Agradeció cuando se abrieron las cortinas , revelándose todos los detalles ocultos: efectivamente estaba en una cama , grande y elegante.
-Es demasiado cómoda , la de mi habitación no lo es tanto ...¿Crees que debería reclamarle al centro?-
Bromeó medio incorporándose.

Se rió ante su broma.
- Mientras a mí no me la cambien, tú haz lo que quieras.
Rodeó la fina cintura del chico con un brazo y de nuevo buscó el contacto con su cálida piel. La acarició y tiró de su camiseta hacia arriba, pero antes de quitársela, preguntó:
- ¿Puedo? -
Antes de obtener respuesta, volvía a dar suaves mordiscos a su cuello. Ese aroma... le volvía completamente loco.

-A lo mejor lo que en realidad debería hacer es venir a dormir aqui todas las noches-
Le sonrió con algo de guasa y le guiñó un ojo.
Se sorprendió al oir semejante pregunta de sus labios y puso sus manos sobre las suyas para ayudar a quitarle la camiseta.
-¿Puedo yo?-
Preguntó con sorna aunque después ,sin nisiquiera oir la respuesta, comenzó a desabotonar uno por uno los botones de su camisa y cuando terminó la deslizó por sus hombros.
Observó que llevaba una venda en el cuello y la acarició con dulcura para después depositar un beso sobre ella.

- Es una opción - le respondió.
Pasó sus manos sobre el pecho desnudo del chico y besó cálidamente sus hombros y sus brazos, mientras este desabrochaba su camisa.
Se estremeció al sentir sus dedos y sus labios sobre su cuello. Frunció el ceño, después, pensando en aquella herida que tenía bajo la venda, que nunca había llegado a curarse del todo. Se apartó de él un momento y lo miró con ternura.
- Eres hermoso - murmuró

-¿Te molesta?-
Le preguntó después de ver la mueca que hizo el vampiro.
Bajo la mirada clavándola en las suaves sábanas.
-Perdona , si no te gusta no lo haré más.-
Le prometió uniendo sus labios con los de él en un insignificante roce que no duro mucho.
Volvió a agachar la cabeza , preguntandose si tal vez no estaría propasándose demasiado con el vampiro , si tal vez no estaría invadiendo su intimidad más de lo que el mayor quería compartirla.
-Perdón-
Repitió por segunda vez..

Le miró, sintiéndose culpable por haber provocado aquello. Cogió suavemente la barbilla del chico y la elevó, para que este le mirara a los ojos.
- No te preocupes - sonrió cálidamente -. A veces olvido que la tengo, y cuando me doy cuenta, pues... me acuerdo de por qué.
Le besó de nuevo, aunque era algo que no solía hacer - manías suyas -, como había hecho él antes. Cuando se separó de él, acarició con cariño sus labios con el dedo y le dio beso en el pelo.
- No es culpa tuya.

-Lo siento-
Volvió a repetir aunque ya se sabía perdonado.
Agradeció internamente los detalles que el vampiro estaba teniendo con él y se prometió internamente retribuírselos de alguna manera.
Enterró la cabeza en el hombro del vampiro y comenzó a bajar lentamente sus manos por su piel pálida hasta que un ligero obstáculo le hizo detenerse.
Sin pensarlo dos veces desabrochó el pantalón del mayor y con una pícara sonrisa metió su mano dentro de él.

Cerró los ojos, sintiendo como las cálidas manos del menor recorrían su cuerpo, acariciándole, mientras él le abrazaba con suavidad.
Se mordió el labio inferior cuando notó cómo desabrochaba su pantalón y metía la mano en él. Besó su cuello y lo lamió con delicadeza.
- Ran-chan... - murmuró, casi en un gemido, junto a su oído; su voz destilaba lujuria.
Enredó sus dedos en su pelo.

Volvió a sonreir y comenzó a acariciarle por encima de la ropa interior con caricias suaves.
Gimió al sentir como besaba y lamía su cuello pero no paró su movimiento.
Descaradamente metió la mano en su ropa interior para acariciarle sin la traba que suponía la ropa íntima.
Podía notar perfectamente la excitación del mayor y sonrió para sí mismo , en cierto modo se sentía deseado , aunque solo fuera por sus favores.
Cansado de aquel juego liberó por completo su abultada entrepierna y bajó la cabeza hasta ella para darle un lametón por toda su longitud como si fuera un dulce.

Descargaba toda la excitación que le provocaba la mano del pequeño en dentro de su ropa sobre su piel, besándola, lamiéndola y mordiéndola.
Hundió los dedos en el colchón, jadeante, cuando el chico rozó directamente su cuerpo y le dio un mordisco que le dejó la piel levemente roja.
- Lo siento, me pasé - se disculpó.
Pero, al sentir como descendía y su lengua cálida y húmeda acariciaba esa zona íntima,de su boca salió, al contrario que los suaves sonidos de antes, un gemido alto y audible.

Exaló un gemido mezclado entre el dolor y la excitación al sentirlo ensañandose con su piel , seguramente al día siguiente le quedarían marcas.
Sonrió para sus adentros , estaba dispuesto a hacerle gritar y no pararía hasta conseguirlo.
Continuó lamiendo lascivamente su miembro , sin detenerse mas que para depositar algún beso sobre este , tal como si fuera un caramelo.
Con una sonrisa zorruna mordió suavemente su glande antes de introducirla en su boca.

Echó la cabeza hacia atrás, disfrutando de las lamidas que el pequeño le propinaba. Su respiración era irregular y empezaba a hacerse daño de clavar los dedos en el colchón. De vez en cuando observaba a Ran, su mirada, en su infantil rostro, hacía más morboso y excitante todo aquello.
- Te lo estás pasando bien, ¿no? - le preguntó, bromeando, mientras este seguía repartiendo saliva y besos a lo largo de su miembro.
Exhaló un alto gemido - más alto de lo que habría querido - cuando el calor de la boca del chico lo rodeó. Sonrió, divertido, de veras parecía dispuesto a escucharle gritar de placer, y él iba a resistirse para que no lo consiguiera. Le gustaba el juego.

-Por supuesto ¿Tu no?-
Contestó parando de lamer para masturbarlo con su mano.
Le dirigió una sonrisa morbosa y siguió con su tarea.
Sonrió para sus adentros al escuchar un gemido alto y claro proviniente de la boca del vampiro.
Lo mantuvo dentro de su boca y comenzó a raspar suavemente su piel con los dientes mientras con su mano acariciaba sus inglés de arriba a abajo hasta que llegaron a sus testículos.
Dejó su entrepierna en paz un segund para pegarle un lametón a su vientre , desde la pelvis al ombligo , y después continuó lamiendola lascivamente.

- Ah... - intentó responder afirmativamente, con orgullo, pero las palabras no salían de su boca, tan solo jadeos de placer -. Eres... condenadamente bueno, Ran-chan - sonrió levemente, y lanzó otro gemido, de sobras audible; si hubiese estado en condiciones de pensar, se le hubiese pasado por la cabeza que era una suerte que las aulas estuvieran dos pisos más abajo.
La cálida lengua del chico recorría su miembro, volviéndole totalmente loco. Sabía que no aguantaría mucho más.
- R-Ran... me... - dijo, pero su acelerada respiración le impedía decir más de dos palabras seguidas.

Ran escuchó entusiasmado cada uno de los jadeos y gemidos que salian de la boca del vampiro , sí , estaba satisfecho de su "trabajo".
Siguió su tarea aumentando a un ritmo frenético su , ya de por sí acelerado , movimiento.
Francamente no le importaba si alguien los oia , solo quería continuar haciéndolo hasta escuchar en los labios del mayor un grito culminante.
Clavó su mirada , cargada de lujuria en sus ojos y se sonrió internamente.

Encorvó la espalda y echó la cabeza para atrás.
De su boca salió un "ah", demasiado alto, muy alto, cuando finalmente culminó en la boca del pequeño. Le arrastró hacia arriba y limpió a leves lametones su cara, sus labios rozaron en varias ocasiones, pero hasta que su respiración no se normalizara, corría el riesgo de ahogarse si le besaba con toda la lujuria que le pondría de hacerlo. Su lengua continuó repasando sus mejillas y su cuello, y besó con suavidad el pequeño "rasguño" que le había hecho antes, que ya no era rojo, sino verdeazulado.
- Al final... lo conseguiste - murmuró junto a su oído, divertido, con la respiración más calmada.

Tragó con un ruido seco la esencia de su amante , aunque este limpio los restos de sus comisuras.
Le sonrió zorrunamente antes de contestar:
-Yo siempre consigo lo que me propongo Take-kun-
Le empujó suavemente para sentarlo y después se sentó sobre su entrepierna , esbozando una sonrisa maquiavélica.
Pasó la mano por su cuello antes de lanzarse a devorar los frios labios del vampiro con toda la pasión y la lujuria de la que disponía.

Recorrió su boca sin pudor hasta quedarse sin aliento, y luego atacó sus labios de nuevo, a la vez que tumbaba al pequeño en la cama, bajo él.
- Ahora me voy a divertir yo.
Cogió la mano del chico y la lamió lentamente, entreteniéndose en sus dedos. La soltó y luego besó su cuello, mientras sus manos exploraban las curvas de su figura, hasta llegar al bulto de su pantalón y lo acarició sobre la tela.
- ¿Vale? - preguntó, con una sonrisa.
Le dio la vuelta con rapidez y se deshizo de la ropa que le quedaba, besó su espalda y puso dos dedos delante de su boca.
- Lámelos - murmuró, mordiendo su oreja.

Soltó un gemido cuando tocó su miembro despierto sobre la tela que lo cubria.
Se dió la vuelta y se incorporó ligeramente, tomó su mano y comenzó a lamer delicadamente sus dedos , teniendo cuidado que quedaran impregnados de su saliva .
Sabía que si no lo hacía bien luego dolería así que se ensañó en lubricarlos bien.
Le devolvió complacido su mano y volvió a tumbarse en la cama abriendose de piernas , mostrandole al vampiro por primera vez su zona más íntima , mientras se le ruborizaba el rostro.
-Enseñame lo que sabes hacer-
Le retó con una mirada decidida.

Únicamente como respuesta sonrió.
Tanteó su entrada e introdujo con suavidad el primer dedo. Se acostó sobre él, para poder llegar a besar su sonrojada mejilla, mientras lo metía y lo sacaba con cuidado. Lamió todo su cuello y acarició su pecho con la mano libre, para luego repartir, también, tiernos besos por este. Se entretuvo en uno de sus pezones, que mordisqueó, goloso.
Cuando decidió que era suficiente, probó a meter el segundo dedo.
- ¿Qué tal? - preguntó, mientras sus labios recorrían sus hombros.

Sintió una ligera incomodidad cuando la primera falange del vampiro pernetro en su cuerpo.
-¡Ah!... nnn...no está mal.-
Apretó los labios tratando de contener la oleada de gemidos que inundaban su garganta y que de oro modo erupcionarian como un volcán.
Intenó guardar la poca compostura que le quedaba pero los dientes del mayor mordisqueando su pezón le hacian perder la cordura.
-¡Take-kun!-
Pero él como respuesta solo metió otro dedo.
-Aaah... dios mio ... ¡callate y sigue!-

Asintió, obediente.
- Por supuesto - respondió con una sonrisa en el rostro.
De nuevo, comenzó a meter y sacar sus dedos, mientras seguía lamiendo con deleite el cálido pecho desnudo del muchacho.
Bajó sus manos hasta su miembro y comenzó a masajearlo lentamente, quería hacerle sufrir, quería volver a oírle pedir más.
Besó sus labios, a penas rozándolos y mordió su labio inferior, goloso.

Como solía ocurrirle en ocasiones parecidas su cabeza dejó de pensar y sus instintos animales tomaron su cuerpo , sus caderas comenzaron a moverse al ritmo que los dedos de su amante marcaban , en busca de sensaciones ya conocidas pero no menos anheladas.
Su mano sobre su miembro fue la gota que colmó el vaso.
-mmmm...más....¡más fuerte!-
Sintió la mordida en su labio y sin previo aviso sus manos se enredaron en el cabello rubio , apretando su cabeza contra sí , uniendo sus labios desesperadamente.

Atravesó sus labios para llegar a rozar sus lenguas. La lamió delicamente como un caramelo, y luego volvió a morder su labio.
Su mano seguía moviéndose a un ritmo cansino y fastidiosamente lento. Sonrió sádicamente, mientras dejaba que sus colmillos hiciesen una leve herida en su boca, de la que no más salió una gota de sangre, que bebió con avidez.
Vale, que le había dicho que ya no le interesaba su sangre... era verdad. Pero una mísera gotita no hacía daño a nadie, y tampoco le parecía que el chico estuviera en condiciones de reclamarle nada por beber algo de su sangre.
- ¿Cómo se pide? - preguntó, mientras apretaba suavemente su glande.
Podía sentir la respiración agitada del menor, adorable, pensó. Continuó repartiendo besos por su mentón y su cuello, mientras sus dedos seguían entrando y saliendo de su cuerpo, con menos delicadeza de la que había puesto anteriormente.