Dulce supor (libre)

Toció con parte de su peso recostado sobre el mármol blanco que formaba la encimera del mueble donde estaba el lavamanos. Jaló aire con cierta necesidad. El agua corría. Cerca del desagüe, una tableta de sangre se disolvía lentamente, perdiéndose el rojizo líquido por las tuberías. Lo intentó, como siempre hacia, pero le resultaba imposible tragar aquella cosa; Su organismo negaba el acceso a la sangre sintetizada. Bien sabía que todo intento era imposible, pero no por ello iba a dejar de hacerlo. Encerrado en la Academia Cross debía hacer tripas corazón e intentar tomarlas; si no lo conseguía, se vería forzado a beber la sangre de sus compañeros vampiros para sobrevivir, como siempre había hecho en el exterior.

Limpió sus labios con una toalla pequeña de baño. La deja sobre el mármol. Por aquella noche, no lo intentaría de nuevo, suficiente mal trago sentía ya en la boca como para querrer repetirlo. Lentamente desliza la tela que cubre su cuerpo hasta quedar desnudo de pecho. Camina, descalzo, hacia la zona de la bañera. La preparó con anterioridad, así que solo debía adentrarse en las aguas calientes tras quitarse el resto de ropa. Introducido en el cálido líquido dejó a su mente vagar.

-¿Quién sabe? A lo mejor esta noche tengo la suerte de poder probar bocado y calmar mi sed de sangre.- Pensó.

Olfateó el aroma de su compañero. Sin duda, lo identifico como vampiro. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro al ver que su estrella seguía brillando y con fuerza. ¿Quién se hubiera dicho que su petición de sangre y compañia llegaría tan rápida? Él no, por lo menos.

-Buenas noches.- Susurró en respuesta al saludo del otro vampiro.- Si no es mucha molestía, ¿Quién eres?- Lo mira fijamente con sus penetrantes ojos calmos. Se movió lo justo para quedar apoyado en el filo de la tina y observar a su compañero de baño. Una sonrisa aparecio en su rostro. Era de muy buen ver. Daba gracias a que lo viera más como una cena que como un amante en aquellos momentos.

-Me llamo Crown Kuros, y sí, soy un alumno de segundo año. Te he visto en mi salón más de una vez y en las cercanías a mi dormitorio también. No esperaba encontrarme contigo tan pronto y, mucho menos, en un lugar como este. He oído el rumor de que no es de tu agrado bañarte con los demás alumnos.- Comentó a modo de presentación.

La verdad es que había oído algunas cosillas sueltas de ese chico pero no queria hacer juicios sin conocerlo primero. No era de su estilo. Preferia indagar un poco haciendo preguntas y respuestas a sus dudas, que andar investigando a otro vampiro de su misma edad.

-Relajate. Disfruta del baño. No muerdo... casi siempre.- Sonrie, mostrando sus colmillos. Sus orbes se tiñen de rojo, señal de que sentía apetito y, lo más provable, es que se aprovecharía de su compañero para calmar su sed un poco... si obtenía su permiso. Por el momento, se mentendría amistoso.

-He escuchado por ahí que gustas de oír música de cuerda. El violín, si mal no me equivoco.- Siente su nerviosismo. Eso le agrada. Complace sus ansias de hundir sus colmillos en su cuello por momentos.- Yo soy aficionado a tocar el violonchelo en la soledad de mi habitación. Ambos son instrumentos de cuerdas con una constitución algo parecidas.- Se acerca más a él, intentando no intimidarlo... mucho.- También que eres un amante muy selectivo.- Delinea sus labios con un dedo.- No dejas que cualquiera te posea.- Baja la mano hasta su cuello. Le gusta su piel, es suave, delicada... apetitosa para quebrantar... Vuelve a alejarse- También que te gustan las flores... Las que están secas sobre todo.- Moja sus cabellos albinos con un poco de agua caliente.

-Veo comprensible que te guste la naturaleza muerta siendo Vampiro.- Dijo lavándose el cabello con suma tranquilidad.- Los pocos vampiros que he conocido a lo largo de mi vida han terminado siendo una cena fácil de cazar.- Dice, como quien no quiere la cosa. La verdad es que no le dió importancia a sus las palabras. Casi nunca lo hacía. Como todos en su Clan, era normal hablar cuando se limpiaban el cuerpo de sangre. Por lo general, solían tocar temas triviales, de interés familiar.

Recordó entonces quien era y, por instinto, llevó la mano al tatuaje del pecho. Esa marca era la señal de su castigo y linaje. Cerró los ojos, recostando la cabeza en la pared lisa de losa blanca. Hunde un poco el cuerpo en el agua, hasta la altura del cuello. Suspira. ¿Quién sabe? A lo mejor, si se portaba bien en aquel lugar, lo liberaban de ese cruel castigo injusto.

Los actos del otro vampiro le dolieron bastante. No era su culpa que por sus venas corriese el instinto asesino de un Level E o que estuviese rebajado a alimentarse de sangre vampirica para sobrevivir. Apartó la mirada del otro chico. Cuando Henry acercó la mano al tatuaje, la golpeó con el dorso de la suya. No le gustaba que lo despreciaran o vieran mal por ser quien era. Su mirada se entristecio. Se hunde más en el agua, hasta la altura de los ojos. Por mucho que lo intentase, ese olor no desaparecia de su cuerpo. Había cazado y dado muerte ya a tantos Level E para comer que, aún cuando se bañaba tres veces al día, seguía teniendo ese olor a muerte encima.

-Come-vampiros...- Murmuró.- Yo no como vampiros. Si por mí fuera, me alimentaria de sangre con más nutrientes, como la de los humanos, por ejemplo.- Toca de nuevo su tatuaje.- Pero he de cargar con esta fea marca en mi pecho. El simbolo de vergüenza en mi Clan... de la comunidad de Vampiros.

-Aún cuando siento bastante hambre, no probaría sangre de aquel que es pura sangre. Se me podría acusar de intentar asesinarte si alguien entrase por esa puerta.- Dice con la mirada perdida. A él no le había ocurrido en lo personal pero sabía de casos en los que habían muerto puras sangres por mordidas de vampiros. Algo lo alentó que entrase en el agua con él, mas el hecho de que no se quitara la ropa...

De improviso, salió del agua. Ya había estado suficiente tiempo en remojo por aquella noche. No queria convertirse en una pasa mustia por pasar más tiempo del recomendado dentro del cálido líquido. No le importaba quedarse desnudo delante del otro chico ni que contemplase su cuerpo si quisiese. Simplemente, no conocia lo que era el pudor. Mira por encima del hombro a su acompañante.

-¿Te gusta lo que ves?- Cuestiona. Su rostro era serio pero su mirar sensual.

Desliza ambas manos por su cabello para quitarse el exceso de agua. Varias gotas quedan suspendidas en el aire unos instantes, detelleando ante la luz de la lámpara. Toma su bata y se la pone sobre el cuerpo desnudo. No la cierra del todo. Le agrada sentir el aire directamente en el pecho.

-Cuando el hambre apremía como en estos momentos, el cuidado es lo último que se piensa.- Sus ojos relucen ante la tentación de poder morder el cuello de su compañero.- La idea de la copa no me parece nada mal pero, en vez de eso, tendría que ser en una botella, pues mi apetito es voraz y no me contentaría con solo un poquito de sangre.

Acercándose al otro chico, abrazó su cuerpo por detrás. Respira su aroma, entrecerrando sus ojos involuntariamente ante el dulce supor que aquello provocaba en sus sentidos. No pudo reprimirse. Lame el cuello de Henry desde la base hasta la mandíbula. No quería hacerle daño. Tampoco mostrar que, a veces, podía llegar a ser una bestia descerebrada ansiosa por conseguir alimentos. Era un Vampiro Noble y lo demostraba controlando sus instintos asesinos.

-Lo siento.- Rompe el abrazo, alejándose del Pura Sangre.

-Pido disculpas por adelantado de lo que estoy a punto de hacer.- Corrigió al Pura Sangre. Una sonrisa maliciosa apareció en su rostro. Ni de lejos dejaría escapar tal oportunidad de tomar sangre buena. La de los Level E's no terminaban de llenarlo. Debía cazar a dos o tres para calmar su ansiedad.- Se dice de mi Clan que somos sanguinarios vampiros devoradores de otros vampiros. Pero eso es falso. Algunos tenemos "corazón" y somos delicados a la hora de alimentarnos de otros que no sean Level E.- Lo abraza por la espalda contra su pecho.- Yo soy el que mima a sus "victimas" antes de arrebatarles parte de su "vida".- Susurra junto a su oído.

Con lentitud recorrió el cuerpo de Henry con sus manos. La yema de sus dedos rozaban la piel del pecho y abdomen. Su alterada respiración rozaba la nuca del otro vampiro. Movió el cuerpo, acomodándose a la inclinación y postura del superior. Lamió lentamente el cuello del moreno. Una de las manos recorrió su rostro, cerrándole los parpados; la otra le alza la cara sujetándolo con delicadeza por la barbilla. Deja salir el cálido aliento de su boca. Abriendo bien las fauces undió sus colmillos en la piel del Pura Sangre.

Podía oirse el sonido que producía al tragar el rojizo líquido vital. Por su barbilla corría pequeños hilos de sangre. Algunas gotas mancharon su pecho; otras se deslizaron por su cuello. Dejó salir el aire de sus púlmones al término de "la cena".

-Deliciosa.- Lame la herida con lentitud, degustando las gotitas que aún quedaban.- El mejor néctar que he provado en mi vida.- Se relame las comisuras de la boca. Sonrie. Sin duda alguna, aquella era la mejor sangre que habia probado en su existencia vampirica.- Espero que no haberlo dañado mucho, my Lord.- Hace una reverencia respetuosa. Su Clan no era muy dado a seguir a los Puras Sangres, pero siempre existía la excepción que confirma la regla, la oveja negra de la familia... En aquella ocasión, esa anomalia era él: Crown Kuros.

-Mil perdones, My Lord. Nunca me enseñaron esa educación de la que todo vampiro hijo de vecino alardea. En mi Clan carecemos de dichos principios a la hora de apaciguar nuestra sed.- Se excusó, aunque sabía que aquello no justificaba nada.

Quedó arrodillado al lado del Pura Sangre. Lo abraza contra su cuerpo de nuevo, protegiéndolo. Esperaría a que se recuperase de aquel mareo para dejarlo moverse por sí solo. La culpa de ese malestar era suya. Se sentía responsable de lo que le ocurriera a su superior. Acaricia los cabellos negros del otro vampiro con los ojos cerrados. Luego se daría otro baño para quitarse ese olor a muerte que lo invadía de nuevo.

-Lo siento mucho, My Lord. Tendría que haberme reprimido y haber esperado más... Cazar algún Level E para calmar mi sed...

-Hasta el momento solo había probado la sangre de los Level E's, así que... podría decir... que es la más deliciosa que he catado en toda mi vida. Aunque parezca algo desagradable o repulsivo, la otra de vampiro que he bebido ha sido la de mi padre, hace tiempo atrás...- Comentó.

Miró a Henry, estudiando sus reacciones. No queria que lo viera como el monstruo que era dentro de los vampiros, pero no podía ocultarle la verdad al Pura Sangre, después de todo, ya tenía que estar al tanto de quien era y cual era su Clan.

-Es un principio que tengo. Cada vez que vierto sangre de vampiro de nacimiento, pido disculpas. Es una forma de no ver tan asqueroso o salvaje el hecho de que tenga que alimentarme de mi misma especie.- Gacha la cabeza.- No soy un canival. Me gustaría poder "devorar" a los humanos más que a mis compañeros vampiros.

-My Lord, nada se puede hacer, pues mi castigo fue dictaminado por el Consejo Supremo. Aunque, más que castigo, ellos dicen que es para sellar en mi interior el instinto Level E que mi Clan posee. No nos degradaron a una categoría inferior por... ¿compasión? Supongo que ellos pensaron que no hacia falta, pues nosotros mismo lo hicimos.- Lleva una mano a los cabellos, acariciandolos. Una débil muestra de nerviosismo por su parte aquel acto fue.

Vió como el Sangre Pura se ponía en pie. Lo vigila atentamente. Si perdía el equilibrio de nuevo, lo cogería. No quería que aquel ser sufriera daño alguno.

-Claro. Por supuesto que lo acompañaré en su cacería. Le serviré de "Perro cazador".- Se pone en pie. Acercándose al lavabo, limpió los rastros de sangre.- Puedo controlar la voluntad de los humanos con mi poder... bueno, no a una gran multitud, pero si un pequeño grupo. Si el humano es débil de espíritu puede caer bajo el control de mi Psico-Melody.- Sonrie.- Por algo nos caracterizamos en mi Clan. Somos vampiros "músicos".