Serenata

No sabía cómo había logrado llegar ahí sin que Justin lo detuviera y aún mas, sin que nadie lo detuviera. Ni maestros, director, o demás alumnos. Así que ahí estaba, parado en la puerta de Caym, mas borracho que adolecente en su graduación y cantando en voz alta, mas bien, a todo pulmón, recargado en la puerta. Quizás no lo escucharía, quizás de nuevo Justin lo lograría sacar de ahí antes de meterse en problemas o quizás su padre saldría y lo mataría con la súper mirada que tenía cuando se enojaba, peor que mas daba!!?? Estaba feliz y tenia ganas de cantar hasta que la garganta se le secara o algo lo corriera de ese sitio

-Tantas horas sin dormir
creo que voy a morir
24 horas al dia quiero vivir

Tantas cosas quiero hacer
que no alcanzo a recorrer
todo lo que en mi cabeza llego a tener

Cuando llego a tu lado me siento yo a descanzar
mas mi amor perdoname pues empiezo a pensar

En todo lo que hay que hacer
ya se me fue el dia otra vez
salgo de tu casa y empiezo a correr

Mas cuando ya estoy haciendo las cosas que quiero hacer
me detengo un momento y empiezo a pensar

En que tu estas junto a mi
que no se va a repetir
que la vida se me va
con los besos que yo
no te he dado aun

Tantas horas sin dormir
24 horas al dia quiero vivir
24 horas al dia quiero vivir
24 horas al dia quiero vivir

Desde ese día no había sido capaz de mirar a Henry, en las clases se había portado hasta frío, Justin había insinuado hablar con él, pero se le había escapado en dos ocasiones, en serio que esos dos en ocasiones más que amigos parecían hermanos. Se arregló la chamarra, había salido al pueblo a buscar un libro que necesitaba para resolver un problema que había encontrado en una revista, le había parecido una propuesta interesante, pero cuando salió del elevador, y... escuchar esa voz... se puso totalmente rojo, casi corrió a su habitación para ver a ese "niño" cantando frente a su puerta ¿que diablos planeaba?!.

-Tiesell! que haces?! -le levantó sin problemas para meterle dentro de su habitación que ya bastante habría llamado la atención.

Le recostó en su cama, dejando sus cosas en el escritorio.

-Estoy cantando!!! Que no ves!!? Cuando alguien canta a tu puerta, no el gritas, le dices pásale, aunque ya estoy adentro, verdad? Jajaja, pero no regañes!! Yo te amo!!! Te amo!!! Y ya es hora de que lo sepas y te dejes de cosas, sabes?! Después de besarme, me trataste como si fuera uno más y no, señor, Henry von Tiesell no es uno más, señor di Fellatio

Y lo siguiente fue ver al más bajito discutir con las sabanas pro que no lo dejaban ir a decirle sus verdades al otro. Es que estaba muy borracho y las sabanas no lo dejaban pararse en paz, ósea, por que no lo dejaban pararse, tenía cosas que resolver con el otro. Cuando al fin se pudo parar, medio se tambaleo y con ayuda de la pared llegó hasta el otro, parándose frente de este y le pico la mejilla

-Quiero acostarme contigo, maldito infeliz. Justin se enojara y mi familia, peor me vale madres!! Yo quiero ser todo, todito tuyo

Se puso más rojo que tomate en primavera!, que esta diciendo ese mocoso?!, le sentó en la cama, y el echandose en la silla de su escritorio, por todos lo santos... se sintió que la fiebre le había doler la cara.

-No... no me voy acostar contigo, en esa condición -fue lo unico que pudo articular

Como diablos se le bajaba la borrachera a un vampiro?!, nunca había estado con un vampiro que se emborrachara, ni Harry se emborrachaba así, de vez en cuando se les pasaban las copas, pero se lo bajaban entre sábanas, más nadie dijo que lo iba a intentar con su alumnos, sería como abusar de él! aunque ya estaba todo ebrio y se le había ofrecido, aparte de que le había dicho que lo amaba.

Le recostó de nueva cuenta sujetandole de los hombros, que aun así sabía que podía mandarlo volando si se lo proponía pero debía pensar... aunque seguia igual de rojo.

-Pues me baño y se me quita. Porque te puedo asegurar que no cambiara nada mi intención, Caym….Yo te amo tanto, que me duele el pecho de tanto amarte y me pongo tonto cuando te veo. Y sé que tu eres cazador y yo vampiro, por lo que deberíamos de estar como a mucha separación y mas en lo sentimental, pero me agrada todo lo que significas tu.

Le jalo hacia el, dejándole entre sus piernas y besándole en los labios más intenso que antes. Aún mas que el beso que el mayor le había dado en ese salón, pego sus caderas contra las del más alto, respirando agitado, le separo ligero de no aventarle muy fuerte gracias a sus sentidos tan atontados y se quito a jalones su abrigo que ya estaba todo sucio y su camiseta , tirándose medio desnudo a la cama. Le miro, acariciándole la mejilla y ya al ver que le faltaba la mitad de la ropa, acabo de desnudarse, quedando a total disposición del mayor, sonrojado. Dejo las manos en su vientre, sobándolo despacio

-Te deseo, mucho, demasiado

Pensó una y mis cosas para detenerse, pasando por todas las éticas posibles, su mala experiencia y su puesto como cazador, pero no podía!, tenía a ese angelito negro en su cama, preciosamente entregado, había vuelto a saborear sus dulces labios, ¿y aun se preguntaba por qué estaba perdiendo tiempo?!, ¡al diablo! Mañana se preguntaría porque lo había hecho y maldecir a todos los vientos su desventura.

-Te odio Henry... me haces olviarme de todo -murmuró a su oido

Se acomodó mejor entre sus piernas, besándole de nuevo cuenta, sacando todo el deseo que había sentido esos días, como se había tenido que controlar para no atraparle en el salón y hacer eso que estaba por hacerle.

Le miro en silencio todo ese tiempo que el otro solo le miraba, sonrojado y como debatiendo en su cabeza los pros y contras de lo podría pasar si pasaban la noche juntos. Y pensó, por un momento, que le diría que se vistiera, que no podían y demás cosas que ya esperaba…Pero su sonrisa se hizo enrome al verle acercarse de nuevo a su cuerpo y susurrarle eso al oído.
Le beso con las mismas ansias que el otro le besaba, metiendo sus manos dentro de la ropa del otro, acariciando su fuerte espalda, sintiendo algunas cicatrices en ella, aunque no hicieron mas que hacerle sentir más atraído, era su bad boy después de todo. Le separo un poco solo para quitarle la camiseta y deslizar sus manos por su pecho fuerte, mordiendo ligero sus labios con una sonrisita en ellos y le jalo hacia el, suspirando de placer ante las pieles una contra la otra

-Quiero que me hagas tuyo, en todo el sentido de la palabra. Quiero que acabes de encadenar mi alma a ti y me hagas perderme entre tus besos y caricias…

Capturo el lóbulo de su oreja con sus labios, lamiéndole con sensualidad y bajando sus manos hacia su entrepierna, sobándola sobre la ropa, dejándole sentir su respiración, el deseo que había en ella y al abrirle el pantalón, le susurro al oído con una voz bastante sensual

-Hazme el amor, Cay, toda la noche

Se estremeció bajo el roce de esas manitas que le tocaron con amor y deseo, realmente que se sentía perdido en ese momento, tan débil, a aquel amor que se había guardado durante tiempo. Le besó el cuellito... disfrutando de esa piel tan suave, solo cuando le acariciaba la mejilla o tenía gestos de ese tipo, había podido quitarse el deseo de sentir esa piel, acarició sus piernas, llegando hasta sus redonda nalguitas que acarició muy suavemente.

-Te dije que te equivocabas con eso de que no se fijaría esa persona en ti -le miró sepandose de su piel un momento- He estado enamorado de tí desde la primera vez que te ví, niño tonto

Besó su pecho... bajando por su abdomen hasta su ombliguito que le dio un besito, regresando a los pezoncitos rosaditos que tenía, provocandoles con su boca, hasta dejarles bien duritos.

Cerro los ojos ante sus atenciones, estremeciéndose bajo sus manos, sus palabras y sus labios que el estaban haciendo despertar del sopor del alcohol en el que estaba. Quería disfrutar de Caym en todos sus sentidos, no dejarlo como una noche de sexo mientras estaba ahogado de borracho. No replico a que lo llamara niño, no, no había necesidad de aclarar algo tan tonto. Se sentía un adolecente en ese momento y le agradaba la sensación, sentirse protegido por un cuerpo como el del castaño, bajo su castaño más bien…Eso era el cielo que quería para si toda la eternidad y mientras durara lo disfrutaría como jamás había disfrutado nada.

-Como lo iba a saber, tonto? Me tratabas como la peste cada que nos acercábamos de mas

Le tiro a la cama, sonriéndole al sentarse en su cadera, se movió para quitarle los pantalones y lanzarlos lejos. Se sintió enrojecer y algo de calor en su vientre al ver ese cuerpo que tantas veces había imaginado ver. Bajo como si fuera a desaparecer, besando la media erección que tenia el mayor , recostándose en ella un momento, acabando por deslizar su lengua por esa piel, abriendo sus piernas y dándole lamiditas a la punta, pareciendo un gatito

Soltó un gemidito al sentir y aun más mirar esa imagen, a ese precioso muchacho que tanto había deseado, ahora haciendole algo tan rico, se sonrojó aun más de lo que quizas podía imaginarselo con orejitas y un rabito felino, en serio que le hacía delirar. Le acarició el cabello... ese cabellito tan hermoso que tenía y que ahora podía decir que todo él, era suyo.

-Henry, basta -le dijo tomandole de los hombros- Hoy solo quiero probar esos labios toda la noche -le sonrió volviendole a besar, lamiendole como luchando con esa lenguita

Le tumbó a la cama, pero esta vez voca abajo, besandole su espaldita... hasta las preciosas nalguitas respingadas que tenía, abriendoles para poder lamer aquella entradita que estaba bastante apretadita, lamió uno de sus dedos, apenas tocandole alrededor, para despues introducirle lentamente...

Se iba a quejar de que le separara de esa gran pedazo de carne que estaba saboreando, pero cuando le beso a cabo por olvidarle y más cuando le recostó boca abajo. No era su primera vez, para nada, pero se sentía tan nervioso, era como volver al inicio en todo cuando estaba con Caym. Apenas se acomodo bien en la cama, cuando sintió como ese dedo húmedo acariciaba su pielecita y soltó un pujidito suave cuando lo sintió adentrarse en su cuerpo. Abrió ligero sus piernitas, para que no le costara tanto, como sabia que el costaría, dilatarle y mas que tenía bastante, bastante sin nada de nada con nadie.

Se removió ligero en la cama, para recostarse boca arriba, sintiendo la perdida de ese digito en su cuerpo y tomo su mano, lamiendo sus dedos con sensualidad, mirándole a los ojos. Flexiono sus piernitas, levantando un poco sus nalguitas y al sentir sus dedos mojados, los saco de su boca, llevando sus manitas a sus nalguitas, abriéndolas y dejando ver su entradita rosada como sus mejillas

-Tócame, big boy…

Acarició de nueva cuenta esa pielecita que se le mostraba, penetrandole de golpe con dos de sus dedos, y con sus labios besó la puntita de la erección, lamiendo las primera gotitas de lubricación, sabía rico, como al igual sus dedos apenas podían moverse dentro suyo, les sacaba y metía, como les abría en tijera, dilatando ese anito tan precioso y suavecito. No podía detenerse, estaba totalmente conquistado por la situación, era tan terrible ser tan débil a aquel chico, disfrutar de su miembro, chupandole y dandole mordiditas muy suaves a su glande, como alcanzar la prostata con sus dedos tocandole suavemente.

-Eres un pequeño y dulce demonio -soltó volviendo a sus labios

Tomandole de la cadera, levantandole un poquito más, frotando la punta con esa golosa entrada que le había costado sacar sus dedos de lo fuerte que le apretaba.

Se aferro a la almohada cuando comenzó a mover sus dedos dentro de si anito, que, aunque al inicio se negaba a dejarle pasar, conforme le dilataba parecía querer mantener al otro ahí dentro un rato mas. Sus piernitas estaban abiertas, dejándole al mayor un bien campo de su cuerpo, con sus manos aferradas a la almohada, gimiendo bajito. Pero al sentir su boca en su erección, no pudo evitar soltar un gritito suave de placer, moviendo su cadera en la cama, ansioso como hacia demasiado no se ponía. Agradeció que dejara de disfrutar de su miembro o se habría venido sin poderse detener.

-Y tu eres el demonio que me va a domesticar

Susurro deseoso, jadeando de lo rico que se sentía esa punta ligeramente húmeda frotándose contra su anito. Sin soltar la almohada, comenzó a mover su caderita contra la punta, gimiendo de placer, obligándose a verlo a los ojos y dejarle ver lo bien que se sentía

Soltó un suave jadeo, al sentir como su miembro entraba en ese lugar... tan calientito... tan delicioso, sujetó bien su cadera guiandole hasta sentirse lo más dentro que le permetía sin forzarle, movió su cadera un poco, si iba a ser su primera vez juntos, quería que fuera perfecta, juntó sus labios con los de su niño, dando una embestida... lo suficientemente fuerte para poder entrar completo, haciendole separarse para poder gemir expresando todo el placer que le provocaba.

-... claro... eres mi fierecilla -le sonrió lamiendo un poco su labio inferior al sentir como le había quedado un poco de saliva de aquel beso

Se movió con un poco de fuerza, por más que lo intentara, no podía controlarse, quería provar ese cuerpo que tanto había amado.

-.. ah.. se. que no es el mejor momento... pero te amo, Henry

Cerró los ojos con fuerza cuando comenzó a entrar en su cuerpecito, aferrado de las sabanas con fuerza para no gritar. Era más grande, se sentía mucho más grande que cuando lo había probado hacia minutos y sentía como habría sus esfínteres a la fuerza. Gimió con fuerza, soltando las sabanas cuando acabo de entrar, jadeando de placer puro, era una de las sensaciones mas deliciosas que había sentido en toda su vida, el ser uno con el más alto.
Cuando se separo y lo vio, sonrió, entrecerrando sus ojitos ligero cuando comenzó a embestirle con esa fuerza que no hacía más que intensificar las sensaciones de su cuerpo, que lo llevaban a pasos agigantados a la gloria que sentía a cada embestida.

-Ahh…culq…Cualquiera es el momento para eso..ahh..ahhh

Gimió suave, sintiendo como los resortes de la cama se movían ligero bajo sus cuerpos y el sonido le provocó un escalofrió, como el sonido que hacia el miembro de Caym cada que entraba y salía de su anito que se dilataba segundo a segundo, haciendo que acabara por esconder su carita en el pecho del castaño cuando toco su próstata gracias al placer

Embestía con fuerza, poseyendole con demencia, estaba tan perdido en el aroma tan dulce que tenía ese cuerpo, era como un sueño, de esos sueño húmedos donde se encontraba como ahora entre esas delgadas pero torneadas piernas, claro que en ninguno de sus sueños se había sentido tan bien, su piel era tan suavecita, tan blanca y perlada por el sudor de ambos.

-Cierra un poco tus piernas, amor -le dijo al oido

A cada embestía llegaba a chocar con la prostata, jadeando al oido del chico... bueno, sonrió de su niño, le tomó de la mejilla besándole sediento, no se cansaba de disfrutar esos precioso labios, ni acariciar levemente con su lengua los colmillitos que tenía. No pudo evitar sonreír pensando en lo bien que se había de escuchar la mezcla de sus gemidos, jadeos, con el movimiento de la cama, el sonido de la sábana rozando sus cuerpo.

Era la gloria en la tierra sentir como le marcaba a cada embestida, sus besos, su delgado cuerpo excitarse a niveles que no imaginaba al sentirle arriba de si. Le gustaba esa posición y sobre todo con Caym, sentirle como protegerlo de todo, sentir su sudor caer sobre su piel blanca y observar lo bien que la estaba pasando.
Paso sus bracitos pro el cuello de su amado, manteniendo sus ojos cerrados, concentrándose en ese momento, en esa habitación y esa cama, nada mas importaba cuando bajara de esa cama, mientras Caym siguiera a su lado. Cerro ligero sus piernas como se lo pidió el otro, gimiendo con placer infinito al sentirle mucho mas en esa posición rozarse dentro de sí una y otra vez, llevándole a la locura y a enamorarse de eso, de estar con el castaño.

-Te a..amo

Le susurro al oído entre jadeitos de placer, bajando sus manos a su húmeda espalda, acariciándola suave. Pero hubo un momento en el que le gano algo, sus instintos y acabo tomando la almohada de Cyam, desgarrándola con sus colmillos con un fuerte gemido. Mejor llenar el sitio de plumas a dañar a su amado

Le levantó un poco más la cadera, escantado por escuchar esa pequeña fracesita en sus labios, no tenía idea de cuanto había deseado escuchar algo así, le tomó con más fuerza, subiendo aquellas piernitas a sus hombros, para poder penetrarle más profundo, gimiendo su nombre cada que le daba la razón para hacerlo, además de que era una hermosa visión de aquel anito glotón que le deboaba completo.

-Ah... Henry... sólo.. solo un poco más my love

Pronunció ahogado en aquella delicia, estaba que hervía, ese calor inagotable del encuentro sexual, sentía ya un delicioso cosquilleo en su miembro cada que entraba con más fuerza y frenesí, ocupando lo más interno, marcandole tan posesivo para que nadie dudara de quien era ese vampirito renegón.

El ambiente era de lo mas candente, el cabello de Henry y piso de la habitación llenos de plumas, el aroma de sus cuerpos y el calor que inundaba todo. Se levanto con facilidad, sin sacar a su amado de su interior, besando su cuello y moviéndose ligero en esa posición, con ambos sentados y el roce de su miembro contra el vientre de Caym.
Gemia en su oído, llenando de besitos su cuello, labios, pecho, moviéndose con fuerza sobre de si, entregado a lo que hacían. Tomo sus manos, bajándolas a sus nalguitas, mirándole a los ojos y besándole candente en los labios

-Mas….ahhh…muéveme mas f…fuerte

Le susurro al oído, haciendo ligero su espalda ante un calambre que el recorrió el cuerpo entero cuando toco de lleno su próstata, jadeando de placer y se pego a su cuerpo de nuevo, rasgando ligero su cuello, lamiendo las ligeras gotas de sangre que salieron de las heridas

-Ahh…rico…ahh…si…mmm..ahhh

Sonrió lo mejor que pudo, estaba bastante sonrojado, como igual lo estaba su pequeño, sopló levemente para quitarle algunas plumas del cabello, haciendo más hermosa esa escena con algunas plumitas cayendo al lado de su rostro, estaba tan hermoso... soltó un quejidito, había sentido un calambrito que le había hecho volver a la realidad. Acarició entre sus nalguitas... con cuidado, solo para meter uno de sus dedos dentro de aquel anito tan ocupado, pero que aceptó con facilidad su dedo.

-Ah... dios... estas tan rico -jadeo con alegría

Seguía moviendose con fuerza, pero a la vez lo hacía ese dedo, tenía una pielecita tan rica, le daba besitos en el cuello, dejando que lamiera su sangre, no era una sensación desagradable si era Henry el que lo hacía.

Había gritado de placer cuando sintió como adentraba ese dedo dentro de su cuerpo, ocasionando que se pegara el máximo a su cuerpo y acabara por tirarle a la cama, montándole con placer. Le miro a los ojos mientras se movía a placer sobre su cadera, deslizando su mano a su erección y masturbándose para placer de ambos. Quería provocarle, dejarle ver que no era un niñito como su cuerpo se lo mostraba. Era un amante en todo el sentido de la palabra y se arqueo de placer, dejando su mano libre en el muslo de Caym, moviéndose más despacio, pero dejándole sentirse hasta el fondo de su cuerpo.

Le miro, sonriéndole con su cuerpo perlado de sudor y sus ojos nublados pro todo lo que sentía ene se momento, sin dejar de tocarse y con un ligero gemidito comenzó a sentir como se venía. Se detuvo, tirándose a la cama, quería solo soportar un poco más. Abrió sus piernas, mirándole deseoso y dejando ver su anito ansioso del otro

-Una embestida mas, solo sentirte de nuevo dentro y me vendré…Así que mételo hasta el fondo, quiero que nuestro primer orgasmo juntos no haga arrancar las nubes a mordidas

Y en serio que le había provocado, lo suficiente para dejarle sin movimientos unos segundos, mirando aquel precioso cuerpo moverse y ser presa de tanto placer, como se lo estaba provocando a él, su voz era un sinfonía, como todo él una obra de arte, una ecuación perfecta que daba un resultado sin complicaciones pero bastante satisfactorio, creía que ese chico abarcaba toda la constante del infinito. Se habría quedado perdido si no fuera que su cuerpo exigió que hiciera algo con la entrada a la puerta del climax.

-Ah... no creo que soporte más, angelito -le besó en la comisura de los labios

Había sido una visión perfecta de esa entradita un poco hinchadita pero bien dilatada, le penetró de golpe, su cuerpo dicto el ritmo de unas embestidas bastante profundas, y aunque un poco lentas, bastante fuertes, al igual que le sujetó de su erección, gimiendo con fuerza al eyacular cuando estuvo completamente dentro de Henry... su henry.

El vampiro se vino al momento en que sintió al profesor adentrarse en su cuerpecito, abrazándole del cuello, gimiendo con placer infinito y sintió un segundo orgasmo, más ligero pero igual de placentero cuando se sintió lleno del semen de su amado. Se desplomo a al cama, jadeando con una sonrisa de placer infinito y je tomo de la nuca, besándole con delicia, saboreando sus labios como había querido hacerlo y lo había hecho ya muchas veces en ese tiempo. Le miro a los ojos, susurrándole que no saliera todavía y lo recostó en su hombro, acariciándole el cabello de la nuca, con ligeras contracciones en su vientre.

-Eres grandioso, mi amor y créeme que lo digo de verdad.

Le tomo de la mejilla para poderle ver a los ojos y sonreírle, sonrojándose cuando al apretar su esfínter, le sintió aun ligeramente duro. Le lamio la mejilla, moviendo su cadera para lograr que se endureciera del todo de nuevo

-Quieres un segundo roud o quieres que tu gatito te ayude? Le hace algo de leche falta

Terminó rendido parcialmente sobre el cuerpo de Henry... tomando un poco de aire, que en serio que ese orgasmo le había sentido bastante fuerte. Le dio besitos en el cuello y clavícula, riendose de aquella petición, y aun más como volvía a ponerse totalmente duró de nuevo, le acarició los cabellitos con cariño, besandole las mejillas y volviendo a probar esos deliciosos labios.

Le dio una suave embestida, para salirse lentamente con un leve quejidito, de la diferencia entre ese calido cuerpo y el exterior, se tumbo a su lado, acariciandole los erectos pezoncitos.

-Quiero ver a mi gatito tomar su leche -le dijo al oido con bastante picardía- Que tendremos muchas noches para disfrutarnos

-Quería escucharte decir eso, que tengo ganas de probarla desde hace ya bastante rato, bad boy

Le susurro mimoso cuando se tiro a su lado, recuperándose un poco más del orgasmo y de haberle hecho gemir cuando dio esa embestida antes de salir. Se sentó en la cama, peinando sus cabellos y deslizando su dedo por el pecho de su amado, hasta llegar a su miembro erecto, acariciando en circulitos el grande rojizo.
Se movió para quedar frente a ese duro mástil, y de un tamaño para nada despreciable, mirándole a los ojos antes de hincarse bien, dando unas lamiditas ligeras para empezar, saboreando el sabor que quedaba de su orgasmo pasado, dejándolo limpio a base de lamiditas suaves. Se relamió los labios, para merlo a su boca poco a poco, para no atragantarse y chupar suave, succionando para hacerle sentir como quería hacerlo sentir.

Movia ligero sus nalguitas, como si se tratara de un verdadero gatito, tragando saliva cuando lo sacaba de su boca y jugaba a darle besitos suaves a toda su extensión, cambiando a lamerlo como si se tratara de un caramelo

-Delicioso, sabes tan rico, bebe