En la puerta

Takeshi se acercó a la puerta y se quedó parado, mirándola. Ahí dentro olía a sangre y a vampiro, a partes iguales. Hasta entonces los únicos vampiros que había conocido eran su familia, y se sentía algo receloso a entrar, no sabía qué podía encontrarse. Aunque, ya nada podía hacer aunque quisiera darse la vuelta, ahí estaba y ahí se tendría que quedar.
Corría una brisa agradable, se soltó el pelo y pasó por la verja, mirando al frente. El colegio era enorme, y le intimidaba la idea de vivir en un lugar tan grande.
- Espero que al menos tenga biblioteca - murmuró.

Se coló en el colegio después de una agotadora noche de caza , nada más y nada menos que 5 level E pero encontró un obstáculo en su camino , un vampiro.
Corrió a esconderse detrás de un ancho arbol antes de que el vampiro se percatara de su presencia , si se enteraba tal vez se lo contaría a un guardían o incluso al director y , sinceramente no quería que lo castigasen.
La noche era cálida y agradable y soplaba una suave brisa que seguramente llevaría su olor directamente al fino olfato de la persona a la que estaba evitando.
Su corazón comenzó a latir más rapido y se le disparó la adrenalina.

Estaba cerca de decidirse a ir hacia el edificio cuando escuchó un ruido y el olor de la sangre llegó hasta él. Miró en la dirección de la que habían venido ambos. La puerta, el muro, un árbol, plantas... el árbol. Se acercó hasta allí con paso ágil y ligero.
- ¿Quién hay? - preguntó, divertido. De más cerca, además, también podía oír el corazón agitado de la persona que estuviese ahí.
Dió la vuelta al árbol y encontró un chico de aspecto frágil. Se apoyó en el árbol, mirándole, aunque tuvo que bajar la cabeza porque era más alto.
- ¿Desde cuando dejan a estudiantes tan pequeñitos como tú salir solos de la escuela? Podría ocurrirte algo - sonrió.

Sus pupilas se dillataron al verse descubierto y su corazón continuó latiendo a un ritmo frenético.
-No soy pequeño-
Contestó con la garganta seca.
-Y no me va a pasar nada , se cuidarme solo.-
Le respondió omitiendo que en realidad se había escapado del centro.
Dirigió una mirada de desafío desde sus ojos oscuros hasta las hipnóticas obres azules del mayor , sosteniendole fieramente la mirada.
Finalmente rompió la conexión desviando la mirada hacia el suelo.
-No se lo digas a nadie , porfavor-

Soltó una suave y musical risa.
- No se lo diré a nadie, descuida - se agachó para quedar a su altura -. Más que nada, porque no conozco tu nombre, y no sabría a quién acusar.
Cogió al chico de la barbilla con suavidad y levantó su cabeza para que le mirase. Olía realmente apetitoso. Cerró los ojos un instante y se apoderó de aquel aroma. Sonrío.
- Dime, pequeño - dijo, ignorando las palabras que antes había dicho -, ¿cómo te llamas?

Sintió como el mayor le tomaba de la barbilla para hacerle clavar su mirada en la de él , esbozó una media sonrisa y su mirada se tornó decidida y desafiante.
-Me llamo Ran Nakata.-
Le respondió triunfante .
Si era listo le evitaria en la medida de los posible , si no lo era .... bueno entonces simplemente sería un vampiro masoquista .
Sonrió ante el último pensamiento.
Estaba tan cerca que podría simplemente sacar uno de sus kunais y clavarselo en el pecho ... aunque , evidentemente no lo haría ... por lo menos no hasta que se desbocara e intentara convertirlo en su almuerzo

- Encantado - respondió, solamente.
El chico, a pesar de la mirada desafiante, parecía debilucho, una presa fácil. Quizá nadie se diera cuenta de que faltaba ese muchachito... alargó la cabeza y rozó el cuello del menor con los labios.
Sin embargo, algo lo alertó. Podría ser... una corazonada, nada más. Pero se la tomó en serio, se apartó de un ágil salto y volvió al camino con paso ligero. Empezó a andar hacia la puerta, pero paró en seco.
- Sería mejor que te apresurases a entrar - le dijo a Ran, sin volverse -. Alguien podría descubrirte

Continuó sonriendo hasta que sintió los lábios del mayor sobre su cuello .
Si sacaba sus colmillos o hiciera una presión , aunque fuera mínima , para intentar perforar su delicado cuello , se encontraría en menos que canta un gallo con un kunai clavado.
Puede que no fuera muy fuerte físicamente pero era sigiloso , rápido , certero y letal .
Se sorprendió cuando se tensó y se apartó.
-¡Vaya! , me sorprende esa muestra de altruismo-
Le respondió ácidamente.
-¿Ni siquiera vas a presentarte? ... ¡Qué maleducado...!-

Se dio la vuelta y se dirigió de nuevo al chico. Con cautela, se acercó a él y se apoyó en el árbol. A pesar de su aparente serenidad, estaba tenso y preparado para defenderse en cualquier momento... o para atacar.
- Lo siento, no me enseñaron modales en mi casa - siseó, divertido -. Me llamo Takeshi Hino.
Esbozó una sonrisa sombría.
- En cualquier caso, practicaría un altruismo parecido al tuyo, que no has intentado matarme todavía.
Desconocía la razón por la que había dicho eso, la verdad. A lo mejor por lo mismo que le había hecho no morder a ese pequeño individuo.

-Takeshi... lo recordaré-
Le prometió seriamente.
-No soy tan altruista como tu te piensas-
Esbozó una media sonrisa encantadora.
-No voy a condenarte a pena de muerte sin un juicio justo-clavó sus ojos en el vampiro-Pero , si intentas atacarme , eres hombre muerto-
Paseó sus dedos por todo su pecho en sentido ascendente hasta que llegó al cuello del mayor y lo recorrió de un lado a otro con un solo dedo como para indicar que moriria si se le pasaba por la cabeza semejante idea.
-¿Me has entendido Take-kun?-
Le preguntó mirandole con ojos de niño bueno , con esa manía suya de llamar por el nombre acortandolo.

Cogió su mano, aún sobre su cuello.
Se la llevó a la boca y mordió levemente, sin llegar a herirlos, los dedos que habían acariciado su pecho y los después los lamió, divertido, sin dejar de mirarle fijamente.
- Entendido, Ran-kun - sonrió-. ¿Te llamas así a mala idea para que no se pueda acortar también? - bromeó, y luego añadió -. Tienes unos ojos muy bonitos, pequeño.
Su lengua helada repasaba su mano con delicadeza.
- No puedo evitar pensar en como debe saber tu sangre... hueles realmente muy bien - esbozó una sonrisa.

Enrojeció violentamente cuando sintió sus dedos siendo lamidos por el vampiro de esa manera tan cargada de lascivia y su mirada azul como el hielo clavándose en él como un cuchillo.
Se dijo a si mismo que debía de mantener la calma.
-¿Y no es más mala idea poner un nombre de chica a un chico?- Le sonrió algo incitante inconscientemente.-Mis padres eran muy graciosos.-
Sinceramente le ponía bastante nervioso tener a un vampiro lamiéndole pero , desde luego , eso era algo que no reconocería en voz alta.
-Gracias por los cumplidos-
Se mordió el lábio inferior y pensó:
"¿Es posible que esté flirteando conmigo?"
-Pero supongo que sabes que no puedes morder a un alumno diurno , por lo menos no sin su consentimiento-

Notó que el chico se sonrojaba, y soltó una risita musical. Mordió de nuevo sus dedos, con cuidado para no llegar a dañarle.
- A mí me gusta, te queda bien.
Lamió delicadamente el dorso de su mano y lo besó.
- De nada.
Sonrió.
- Sí, la verdad es que es de puro sentido común... pero hueles tan condenadamente bien que pensaba hacer una excepción, aunque es posible que haya cambiado de opinión... creo - besaba y lamía con deleite su muñeca -. Tu pulso está acelerado, Ran-chan.

Los labios del vampiro seguian pegados a su piel , lamiendola , y se preguntó si en realidad no estaría intentando distraerle para después convertirle en su tentempié.
-¿Es posible que hayas cambiado de opinión?-
Le miró de arriba a abajo sin llegar a creerselo.
-No es muy buena idea insinuarle a un cazador que es posible quieras convertirlo en tu almuerzo ,¿No crees?
Le dirigió una sonrisa arrebatdora.
No se sorprendió nada por la afirmación.
Sí lo sé mi pulso suele acelerarse cada vez que un vampiro está cerca ...y teniendo en cuenta que tu estas demasiado cerca...
Le contestó ligeramente ácido.
-¿Ran-chan? .... ¿primero me llamas pequeño y después Ran-chan?-

- La verdad, tienes razón, quizás no lo sea. Aunque si yo te hago daño... también lo puedo pasar mal. Claro, que he dicho que era posible que no lo hiciera.
Sonrió y dejó el brazo del chico.
- ¿Cerca, eh?
Se acercó aún más y lamió su mejilla.
- Sí, me da la impresión de que así es.

-Estás prácticamente encima mio-
Dijo con una sonrisa sarcástica y una mirada indiferente.
Sintió que se acercaba aún más.
-Corrección: estas encima mio-
Un escalofrió recorrió su columna vertebral cuando sintió la lengua húmeda y fria del vampiro acariciando su mejilla pervertidamente: estaba demasiado cerca de su cuello , y si lo dejaba llegar ahí no solo era posible que no resistirera la tentación de morderlo , sino que se entregaría él mismo en bandeja.
Analizando friamente la situación decidió esperar a ver lo que hacía y pararlo en cuanto se propasase

Su aliento, cálido, al contrario que su piel helada, se desplazó hasta la oreja del menor y continuó besando y lamiendo su piel.
- En ese caso, fantástico - murmuró, junto a su oído.
Rodeó su cintura con el brazo, acariciándola con los dedos en el proceso, mientras seguía mordisqueando su oreja, divertido.
En cierto momento, tuvo la osadía de rozar suavemente su cuello, de arriba a abajo. El delicioso olor de la sangre del chiquillo le embriagaba. Podía incluso imaginar como debía saber, aún mejor que su suave piel. Volvió a su mejilla y la besó.
- Hueles muy, muy bien.

Volvió a encenderse cuando sintió como el mayor lo tomaba de la cintura haciendo nulo el espacio que los separaba mientras sentia sus suaves mordiscos en su oido , se mordió los labios para retener un quejido lastimero.
Estaba dispuesto a aguantar con orgulloso estoicismo todas las lujuriosas caricias que el vampiro le propiciaba sin moverse ni un ápice de su determinación , pero una simple caricia en el cuello lo cambió todo.
Al sentir el roce en su cuello emitió un gemido casi innaudible , pero que seguro el rubio había escuchado gracias a su fino oido.
-Take-kun-
Murmuró sosteniendole la cabeza para que se detuviera ,si no lo hacía ahora era muy probable que se desbocara y fuera él el que le "atacara" en el sentido mas burdo y obsceno de la palabra.

Sonrió, satisfecho, al escuchar el débil sonido que salió de la boca del chico. Acababa de descubrir cual era su punto débil. Y le gustó dónde se encontraba.
Apartó con suavidad las manos del pequeño, sin demasiado esfuerzo, y se acercó a su cara. Podía sentir su respiración acelerada. Deslizó su mano libre bajo su pelo, rodeando su delicado cuello y acariciando su piel. Le besó en la comisura de los labios.
- ¿Qué ocurre, Ran-chan? - preguntó -. Pareces... alterado.
Dejando una estela de suaves besos por sus mejillas y su mentón, llegó a su cuello. Con suma lentitud, sus labios lo recorrieron. Le rozó con los colmillos y rió con sorna, pero se limitó a darle únicamente un rápido lametón, como a un caramelo.

"No puedo dejarme llevar"
Se repitió como un mantra.
Estaba tratando de contener sus instintos más bajos y que el rubio estuviera reepartiendo infinidad de besos por sus mejillas no ayudaba nada.
-Basta ¡hn! ya- pidió casi suplicante -Para... por....favor-
Rezó para que sus ruegos le hicieran detenerse pero una lamida en su cuello le hizo gemir audiblemente y arquear la espalda por aquel placer prohibido.

Sonrió irónicamente.
- ¿Quieres que pare, Ran?
Volvió a alzar la cabeza y le miró fijamente a los ojos.
La mano que tenía en su cintura comenzó a moverse y se coló bajo su ropa, acariciando la parte inferior de su torso.
- ¿A que no? - insistió, sin que la sonrisa se borrase de su cara.
Se relamió los los labios.

Otro gemido salió de su boca al sentir su mano deslizarse por su piel.
Debía encontrar la determinación de pararlo , debía ser fuerte.
Finalmente lo consiguio : apartó con un poco de brusquedad al vampiro de su cuerpo y se apartó el cabello dejando espuesto su níveo cuello.
-Bebe- Le ordenó de una manera un tanto arisca-Bebe de una vez-
Clavó su mirada en la de él , sus ojos reflejaban cierto enfado.

Se sorprendió cuando el chico le separó de él, y más aún cuando le dijo que bebiera su sangre. Le tentaba la oferta, sí.
Se inclinó hacia él y rozó casi con ternura con sus dedos su cuello. Lo recorrió de un lado a otro y luego depositó un suave beso sobre él.
Le mordió, pero se apartó sin probar ni una gota.
- Te dije que era posible que hubiese cambiado de opinión... ahora ya no me interesa tu sangre - se acercó a sus labios y los recorrió con el dedo -. O al menos, ya no es lo que más me interesa.

La furia comenzaba a crecer en su interior ,
¡LLEVABA TODO EL RATO TORTURÁNDOLE PSICOLOGICAMENTE Y AHORA DECÍA QUE NO LE INTERESABA SU SANGRE! ¡AL DIABLO CON EL MALDITO VAMPIRO!
-Entonces qué es lo que quieres-
Le preguntó en un tono hastiado absolutamente harto de la situación.
Se mordió el labio inferior con suavidad como solía hacer en numerosas ocasiones y suspiró pesadamente.
No entendería jamás a los estúpidos vampiros ni a sus estúpidos motivos.

- ¿No sabes lo que quiero?
Empezaba a oscurecer. El crepúsculo les había sorprendido y el cielo se teñía de un color rojo intenso, como la sangre.
- ¿No lo intuyes, pequeño? - mordisqueó su cuello y sus hombros -. Ahora tengo otro capricho... ahora lo que quiero eres tú.
De nuevo rodeó su cintura con los brazos.